Yonqui

Ah, el imán, el imán. Se da siempre en situaciones de viaje. Se da en trenes. Se da en estaciones, en aeropuertos, en aviones, en colectivos. Basta que el universo se ponga en movimiento sobre un transporte de pasajeros para que un extraño cruce miradas.

Como tantas otras veces, fue en Manchester. En el aeropuerto de Manchester.

Eran las dos de la mañana del tres de diciembre. Yo había llegado al aeropuerto a eso de las 12 de la noche para tomar un vuelo que salía a las 6:45hs. Sí, dirán que los números no cuadran y tendrán razón. A mi favor, tengo que decir que si no tomaba el último tren…